Cuando alguien como Novartis te da una oportunidad, lo primero que haces es decir que sí, luego ya preguntarás de qué. Así empezamos a trabajar con Rhinomer y Rhinovín principalmente, además de Voltadol y Termalgin aunque no demasiado con estos dos últimos porque GSK decidió comprar la división de OTC de Novartis y nos fastidió la cuenta.
La nariz y todo el trabajo que conllevó, tanto el que se vio como el que no, fue de lo más enriquecedor que jamas hemos hecho. Conocimos las entrañas del producto y sí, nos enamoramos de él y de todo su equipo de marketing. Eso hizo que tanto los resultados en comunicación como en ventas fueran inmejorables.
Fueron tres años de no parar, gráfica, vídeos, internet, PLV, expositores, floorstand, piezas ad hoc y un largo etcétera de elementos. Que nos quiten lo bailao.